¿Cómo hacer que el poquito de vida que estoy por gastarme valga la pena?
7:36 am. Memento mori. La vida se va agotando. Estoy a punto de gastarme un poquito de vida. Mañana estaré escribiendo con un poquito menos. ¿Cómo hacer para que el poquito que me voy a gastar entre hoy y mañana valga la pena?
Miro el techo. Miro la ventana. Inspecciono el bosque desde mi ventana, como esperando a ver si salen respuestas entre las ramas, en el cielo o en el aire. Siempre que espero respuestas trascendentales no aparecen. Vuelvo a mirar mi cuaderno con algo de decepción. Cojo el lápiz y papel y a falta de trascendentales, escribo lo que salga. Para que valga la pena, hacé cosas que valgan la pena. Empiezo a pensar en el día de trabajo que se viene, las reuniones y los pendientes. ¿Valdrán la pena? Siempre que estoy confundido le doy la vuelta a la torta, via negativa. Es difícil saber qué vale la pena, es más fácil saber que no vale la pena. No hagas cosas que no valen la pena Juan.
¿Qué no vale la pena? Esto sigue siendo como enredado. Cambiemos el no hacer cosas que no valen la pena por no hacer cosas que no querés hacer. Esa si la tengo clara. No quiero vagabundear por el día. Saltar de una tarea a otra. No priorizar. Procrastinar. Ir haciendo lo que me pidan, lo que salga. No tener ninguna meta clara en el día. No cerrar el día. Sólo trabajar. Scrolling infinito en instagram. Si no hago esas, mañana no solo estaré tranquilo, estaré orgulloso, con la forma en que gasté ese poquito de vida. Evitando cosas que no quería hacer, me lo habré gastado en las que sí quería.
Ahí me aparece la sonrisa de una buen día de journal. Una mano cierra el cuaderno, pero la otra ahí mismo lo vuelve a abrir. Queda una idea más por escribir. ¿Será que eso es vivir con propósito? Decidir conscientemente cada cosa que hago. Pensar antes de hacer. No ir por inercia, tomar las riendas del elefante. Aplicarlo en cada actividad del día, en las bobadas, en las mundanas. Decidir en qué me gasto la vida. Hacer lo que querés hacer, ganándole al mundo, al celular y al cuerpo que te tientan a hacer lo contrario. Hacer lo que querés hacer. No hacer lo que no querés. Suena como todas las ideas del buen vivir, simple pero difícil de aplicar. Las que vale la pena intentar, even after failing a thousand times.
p.s ¿Cómo saber qué es lo que quiero y no quiero hacer? De eso también escribiremos pero para no hacerte esperar, apaga todo y siéntate con lápiz y papel. Bien adentro, por allá en las tripas, vos sabes qué es lo que querés. Déjalo que salga.